Abrió un cajón y me llamó. Tenía en la mano una carta escrita por mi hace poco menos de un año.
He buscado en mis cajones, en mis archivos almacenados en el lugar más recóndito de mi ordenador y he encontrado más recuerdos. Lo que nos decíamos antes de que empezara todo esto, lo que ni tan siquiera nos decíamos... lo que nos empezamos a decir... y lo que nos acabamos diciendo una y otra vez pero que, con la magia de ese te quiero, nunca se hace repetitivo, es más, desearías escucharlo más y más, una y otra vez.
Nada ha cambiado. Bueno, podríamos decir que si ha cambiado. Todo se ha incrementado, todo ha aumentado. Nosotros hemos crecido, y nuestro amor ha crecido con nosotros. Pero los recuerdos están ahí y nuestro pasado nadie nos lo puede quitar. Por muchos malos momentos que hayamos pasado forman parte de nuestra historia particular, la que nadie nos arrebatará pase lo que pase. Pero aunque recordemos los malos momentos, siempre hay que quedarse con todo lo bueno, que es mucho.
Lo bueno es lo que abunda, por suerte, en nuestro caso.
Trenta-cinc anys
Hace 2 días
1 comentarios:
joder y esto? menos mal que pronto podremos hablar no?
un abrazoooooooooooooooo
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